La Máquina Del Amor es el resultado del amor entre tres elementos de los Smix Smox Smux (Filipe Palas, José Figueiredo e Miguel Macieira) y uno de los peixe:avião (Ronaldo Fonseca), dos de las bandas que, después del nuevo milenio, han contribuido en gran medida para el papel que la ciudad de Braga tiene en la escena musical nacional, como uno de los grandes pilares del rock. El matrimonio ha dado, para ya, un disco homónimo y decenas de buenas menciones en blogs y en la prensa especializada. Pero lo que tenemos aquí no es el sonido de una "simples" Braga - a menos que Braga haya sido invadida por los alemanes.

De hecho, lo que más se destaca en Máquina Del Amor es su apetencia por el kraut; empieza justo en la motorika tribal de "9 De Maio, Parte I", la pista que tuve derecho a los honores de apertura. Lejos, pero en creciendo, una gran variedad de sonidos: ecos vocales, una guitarra eléctrica a temblar y el groove, el indispensable groove, que hace de esta Máquina un caso muy grave. Música para la cabeza y para los piesitos, que esto de bailar haz muchísimo bien al cerebro.

Pero no sólo en la pista de apertura se resume el gran genio de la Máquina Del Amor - porque de seguida hay la segunda parte, que sigue las trayectorias del post-rock, a conferir un cierto grado de ambiente (y algún fuzz necesario) a una historia que no se cuenta por las palabras, ya que todos los ocho temas aquí presentes son instrumentales. Si "Bounce Embora, Parte I" trae a memoria el pulsar de la kösmische alemán - siendo que allí para el final hay un delicioso 4/4, a espolvorear esta autopista espacial con techno -, la segunda parte baja a la tierra, posando la nave espacial suavemente, como si el viaje terminase con la "Madrugada Eterna" de los KLF. Y de seguida, las dos partes de "Má Onda ", melancolía de fin de recorrido que termina en paranoia, comproban que estamos ante un álbum notable, fuese este originario de Braga, Berlín o Betelgeuse. Una boda a cuatro que, se espera, va a durar mucho tiempo.