Tengo que reconocer que soy algo perezoso para escuchar música nueva. Siempre que me dispongo a escuchar música acabo apostando sobre seguro y escuchando una y otra vez discos ya conocidos, ya muy transitados, pero que me siguen haciendo vibrar. Durante el año voy acumulando excepciones que provienen de recomendaciones encarecidas o de los discos que van sacando amigos músicos a los que admiro.

Por esta razón, me he dado cuenta de que he acabado convirtiéndome en consumidor de producto de proximidad. Este año me he alimentado básicamente de discos hechos en mi país (aunque también incluyo a Chile o Nueva Zelanda) y con predominio del castellano (aunque también en catalán, en inglés y en lo que sea que canta Za!). Esta es la lista de mis discos favoritos del 2018, sin ningún orden en concreto: